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El Museo del Transporte de Nuremberg

Una de las más grandes colecciones de material ferroviario estático de Alemania se encuentra en la antigua ciudad bávara de Nuremberg. Pero el museo no se circunscribe tan sólo a Alemania, pues muchas de las piezas expuestas constituyen un atractivo para visitantes de otros países.
Es un gran acierto que uno de los principales Museos Ferroviarios de Alemania se encuentre en Nuremberg, pues fue en esa ciudad, en 1835, donde se inauguró el primer ferrocarril que enlazaba la ciudad con Fürth. La locomotora que arrastró el primer tren era una 2-2-2 llamada Adler (Águila), creada por Robert Stephenson & Co en su fábrica de Forth Street, en Newcastle-on-Tyne. En el museo, hay expuesta una réplica, fabricada para el centenario en 1935. El museo se distingue por ser, sino el primero, desde luego uno de los más antiguos del mundo en su clase. Se inauguró en 1899, casi 30 años antes de que se creara en York el primer Museo Ferroviario británico. Conocido en aquella época como Museo Real Bávaro del Ferrocarril, enseguida incorporó la historia de los servicios postales alemanes, por la sencilla razón de que los ferrocarriles y el correo pertenecían al mismo ministerio. Los trabajos del impresionante edificio actual, a pocos minutos a pie de la estación principal de Nuremberg, se iniciaron en 1906, pero la Primera Guerra Mundial y los problemas de financiación retrasaron su apertura hasta 1925. El museo se ha ido actualizando continuamente desde entonces, teniendo lugar su mayor ampliación en 1984 con motivo de los preparativos para la celebración, al año siguiente, del 150 aniversario, inaugurándose, además, una nueva sala de exposiciones cerca del edificio principal. En la primera parte del citado edificio, se introduce a los visitantes en el mundo ferroviario con una exposición de maquetas, fotografías, recuerdos y dioramas. También se refleja el impacto medioambiental que causan los diferentes medios de transporte, y se muestra cómo el ferrocarril es uno de los medios que menos daños ambientales produce. Si bien sólo hay guías en alemán y las explicaciones de los objetos expuestos están también en ese idioma, los visitantes no tienen ningún problema a la hora de reconocer o entender las ilustraciones de las diferentes secciones, que hablan de los orígenes del ferrocarril. Muchas de estas ilustraciones muestran los primeros tranvías de las minas de carbón de Durham y Northhumberland, y los ferrocarriles Stockton & Darlington y Liverpool & Manchester. Richard Trevithick recibe la debida atención como inventor de los motores de alta presión y de la primera locomotora de vapor que circuló sobre carriles.

En el anexo, se encuentran algunas de las adquisiciones del museo más recientes de la colección de locomotoras y material móvil; entre ellas, la 4-6-4T N° 78.510, una de la gran Serie de locomotoras ténder prusianas T18 para servicios expresos de viajeros, fabricada por Henschel de Kassel, y la 2-10-2 N° 45.010, para mercancías pesadas.

Unos mapas iluminados, de múltiples colores, muestran el rápido desarrollo de la red ferroviaria alemana, cuya construcción tuvo lugar en décadas sucesivas, alcanzando en 1913 un total de 61.403 km. El área cubierta era mayor de la que tiene actualmente Alemania, incluyendo ciudades como Danzig y Konigsberg y sus alrededores. Se muestra de un modo imaginativo, por medio de una serie de grandes maquetas de la propia ciudad y su estación en 1850, 1900 y 1935, cómo los ferrocarriles se han desarrollado y han influido en los lugares por los que pasan. Los trenes y las señalizaciones han sido progresivamente modernizados, mostrándose el impacto del ferrocarril en el comercio gracias al desarrollo del tráfico de mercancías desde la ciudad. Todo ello se complementa con fotografías evocativas de los cambios en el intercambio de mercancías en las estaciones de clasificación y en los puertos servidos por el ferrocarril.
El desarrollo de la tracción a vapor
Aunque en Alemania las primeras locomotoras de vapor tuvieron que importarse, enseguida financieros e ingenieros desarrollaron una gran industria de fabricación de locomotoras. Los nombres de Borsig (Berlín), Henschel (Kassel), Krauss-Maffei (Munich), Krupp (Essen) y Maschinenfabrik Esslingen pudieron verse enseguida en las locomotoras de todo el mundo, rivalizando con los grandes fabricantes ingleses. La locomotora más antigua del país en Nuremberg es una Crampton 4-2-0, Phoenix, fabricada en 1863 por Maschinen Gessellschaft, de Karlsruhe, para el ferrocarril Badishe Staats Eisenbahn. La máquina se exhibe a lo largo de dos salones creados por los monarcas bávaros en 1860; estos salones están recubiertos con guirnaldas y querubines, y el más grande de los dos está rematado por una corona dorada con joyas.

El museo tiene en exposición muchos viejos grabados y fotografías fascinantes, como esta vista del depósito de la estación Berlín de Hamburgo, en 1880, en la que unos cuantos operarios, luciendo uniformes de aspecto militar, posan junto a una pequeña plataforma giratoria. Este tipo de depósitos de locomotoras se utilizaba mucho en la Europa occidental, pero no era frecuente en Inglaterra.
Una de las Series más numerosas que se han fabricado ha sido la G3 0-6-0, de la cual 3.219 máquinas se realizaron entre 1877 y 1903; el ejemplar del museo, N° 3.143, es en parte original y en parte reformado, pues su caldera se ha estado utilizado durante muchos años como contrapeso en una grúa. El diseño aerodinámico se utilizó mucho más en los ferrocarriles alemanes que en los británicos. Uno de los primeros ejemplares de Nuremberg es la extrañísima máquina N° 3.201, Serie S2/6 (posteriormente 15.001 ), una 4-4-4 de cuatro cilindros, de los Ferrocarriles Estatales Bávaros, fabricada por Maffei en 1906. Esta única locomotora, con hogar «cortavientos», tiene unas ruedas motrices de 2,1 m de diámetro. Por un breve periodo de tiempo ostentó el récord mundial de velocidad de locomotoras a vapor, al alcanzar los 154,5 km/h. Durante los años 30, cualquier tipo de logro alemán era utilizado por los nazis como elemento propagandístico, siendo la velocidad y todos los medios de transporte una forma de rivalizar. En mayo de 1933, se presenta el Flying Hamburger, nombre tomado del Cheltenham Flyer, de Great Western Railway, el tren más rápido del mundo. Con una velocidad media de 123,8 km/h en los 286 km de Berlín a Hamburgo, el Automotor Diesel Articulado enseguida llegó a compararse con el dirigible Zeppelin, sobre todo cuando el diseño se perfeccionó en el llamado «canal de viento» (antigua denominación de los túneles aerodinámicos) utilizado para probar los Zeppelin. Los Automotores, que contaban con transmisión eléctrica gracias a un par de motores diésel Maybach de 410 HP tenían coches Spartan con pasillo central y un pequeño bar que puede verse en el museo. No satisfecho con tener la velocidad media más alta, Deutsche Reichsbahn intentó apropiarse del récord mundial de velocidad en tracción a vapor con una locomotora que también recordaba al Zeppelin. La 4-6-4 05, de línea aerodinámica, se fabricó para arrastrar trenes más pesados que los ligeros Automotores Diesel a una velocidad media comparable. Fabricada en los talleres Borsig en 1935, la N° 001 y dos máquinas gemelas (de las que sólo una era aerodinámica) se utilizaron con los expresos Berlín-Hamburgo a una velocidad media de 120 km/h.
Uno de los muchos grabados del museo muestra el extraordinario viaducto ferroviario del río Elbe de Hamburgo. Debido a la devastación de los ferrocarriles alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, muy pocos puentes originales de estas dimensiones han sobrevivido
aEn mayo de 1936, la N° 002 alcanzó los 200,4 km/h con un tren de 194 toneladas, ostentando el récord mundial de velocidad durante dos años hasta que le fue arrebatado, en julio de 1938, por la Pacific A4 Mallard. Tan sólo sobrevive una de las tres 05, la N° 001, restaurada para el museo en 1963, con su forma original y su distintivo de color rojo fuerte. El nombre del Dr. Ernst Werner von Siemens es sinónimo del desarrollo de la electricidad en el transporte y las telecomunicaciones. Un fotógrafo de Siemens registró la primera demostración de la Feria de Muestras de Berlín de 1879. Los ferrocarriles alemanes fueron unos de los primeros en capitalizar la nueva forma de tracción, haciendo funcionar, hacia finales de 1934, unos 2.080 km de ferrocarril electrificado con 937 locomotoras eléctricas. Estaba previsto inaugurar servicios expresos eléctricos entre Berlín y Munich, pero se inició la Segunda Guerra Mundial antes de que se completara el cableado eléctrico. No obstante, en el museo puede verse una de las locomotoras de la Serie E 19 que iba a arrastrar los trenes. El papel de la electricidad en el transporte urbano está representado por los coches de S-Bahn desde Postdam y Berlín, que se muestran en el edificio anexo. Es fácil perderse el edificio anexo, al menos que se entienda el alemán, pues, aunque sólo queda a un par de minutos andando, está un poco escondido. Hay que girar a la derecha, por la calle que hay frente al museo, y seguir hasta ver un par de líneas férreas que llegan a un arco al otro lado de la calle. El anexo está cruzando el arco. En las otras exposiciones hay: un diseño clásico de los ferrocarriles alemanes, una P8 4-6-0, N° 38.2884 de los Ferrocarriles Estatales Prusianos; la N° 45.010 de la Serie relativamente pequeña 2-10-2; una 4-6-4T de viajeros, la N° 878.510, una 0-6-0T industrial fabricada en Munich por Krauss, y un coche Automotor TEE tipo 602.
Una sección del museo está dedicada por entero a los tramos fijos, con una gran variedad de traviesas, asientos y carriles, además de instrumentos de inspección y equipos de mantenimiento. La parte dedicada a la ingeniería recibe uno de los mejores tratamientos otorgados a este tema en ningún otro museo del ferrocarril.
Un museo de maquetas
El museo tiene tantas y tan magníficas maquetas que ellas por sí solas podrían constituir un único museo; es la colección más grande del mundo de maquetas a escala 1:10. Unas 200 de ellas permanecen colocadas en 280 metros de vía. Junto a docenas de locomotoras, hay algunos coches extraordinariamente detallados; uno de ellos, construido por los aprendices del Ferrocarril Real Bávaro, tiene ventanas que se abren con tiras de piel ajustables y ceniceros basculantes. Para los maquetistas ferroviarios hay una maqueta de 80 metros cuadrados, con 500 m de vía y 164 agujas, capaz de hacer funcionar 15 trenes a la vez. En ella, hay también dos estaciones, una terminal de contenedores y señalizaciones para la línea principal con un transmisor de señales.
Los propietarios del ferrocarril
Es de gran ayuda echar un vistazo a la historia del ferrocarril en Alemania y ver las diferencias entre Deutsche Reichsbahn y Deutsche Bundesbahn. Los primeros Ferrocarriles Alemanes eran de propiedad privada, pero enseguida pasaron a ser propiedad estatal, construyendo su primera línea en 1838. En 1860, la cantidad de vías estatales y privadas era aproximadamente la misma. El largo debate sobre la propiedad del ferrocarril acabó con la nacionalización de las principales líneas ferroviarias, llevada a cabo por el canciller Otto von Bismarck en 1887. Cada uno de los ocho estados alemanes tenía su propio ferrocarril hasta 1920, fecha en la que el Reichsbahn pasó a controlarlos todos. Tras la Segunda Guerra Mundial, los ferrocarriles de la Alemania oriental pasaron a Ilamarse Deutsche Reichsbahn, mientras que los de la Alemania occidental se llamaron Deutsche Bundesbahn. En la actualidad, están unificados como Deutsche Bahn AG (DBAG).
Datos para visitar el museo
Museo: Museo del Transporte / Lessingstrasse, 6 - Nuremberg.
Estación más cercana: Nuremberg Hauptbahnhof (a 5 minutos andando).
Servicios de enlace: Eurostar desde Londres Waterloo a Bruselas, tren a Colonia y servicio de enlace a Nuremberg.
Horario de visitas: diario, de 9.30 h a 17.00 h.
Instalaciones: cafetería, tienda, películas/vídeo, Museo del Juguete, castillo imperial, casa de Albrecht Dürer, Museo Nacional Alemán, Museo de Arte Industrial.
Izq.: La locomotora eléctrica E19.12, fabricada en 1940, se creó para los servicios expresos entre Munich y Berlín, pero la irrupción de la Segunda Guerra Mundial impidió que la tarea de electrificación se terminara, no volviendo a iniciarse hasta la llegada de la paz. Si bien la locomotora ostenta todavía el águila alemana, la esvástica nazi fue eliminada. Der.: Una de las piezas exhibidas más preciadas es esta réplica centenaria de la Adler (Águila) 2-2-2, fabricada por Robert Stephenson & Co para la inauguración de la línea Nuremberg-Fürth en 1835. La máquina fue trasladada desde Inglaterra en 19 cajones embalados; el viaje a través del mar del Norte y el descenso por el Rin duró cuatro semanas y media.
Variedad de estaciones
Al fondo del interior del edificio principal, quedan patentes la calidad y la variedad de las estaciones alemanas en una sección dedicada a ilustrar el papel de los arquitectos e ingenieros en el diseño de estructuras ferroviarias. Unas aguatintas de los diseños de Edward Rüber para las estaciones de Günzach y Nuremberg muestran unas construcciones que podrían ser un refugio y la nave de una catedral, respectivamente. Una sección de los ferrocarriles de Berlín se amplía con fotografías de algunas de las 10 imponentes estaciones levantadas en los alrededores del centro de la capital, como Anhalter, creada por Franz Schwechten en 1880. Se realiza una magnífica comparación con tres diseños realizados para la estación principal de Frankfurt. Mediante la reconstrucción de un salón real de 1856 en la Staadtsbahnnhof se ofrece una idea de las instalaciones creadas para la realeza; los paneles góticos y las arañas de metal dan a la habitación una ambiente eclesiástico. Como corresponde a un país líder en tecnología ferroviaria, hay amplias secciones dedicadas a las proezas de los ingenieros industriales. Un modelo de viaducto muestra cómo están construidas las luces del mismo, llegando hasta la actualidad con la construcción de las nuevas líneas alemanas de alta velocidad. Los métodos de creación de túneles quedan reflejados en los recientes trabajos de expansión de la red de S-Bahn.
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A. -  22/08/1997  - Madrid - España

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